Divagues de un finde largo

Buen finde alargado, lindo clima, turismo a full, actos conmemorativos espectaculares, discursos recuperadores de la Historia grande de la Patria. Muchos hemos aprendido que Argentina como tal no existía hace 175 años, porque éramos las "Provincias Unidas del Río de la Plata". Y en cada una, un caudillo fuerte liderando su guerrilla contra los invasores españoles y de otras layas y queriendo llegar a esa mítica Buenos Aires. Siempre Buenos Aires. Puerta de entrada comercial, puerto de embarque de nuestras riquezas hacia la rubia Albion, que nos creía colonia. O sea, el mercantilismo siempre fue un factor de poder. Antes y ahora. Las mismas naciones que nos han expoliado con nombres como FMI, Club de París, etc. pretendieron antes ser dueñas del trabajo, de los recursos naturales, del dinero ganado y trasladado afuera por los pseudo-argentinos que supieron ser entronizados por esos mismos grupos de poderío económico. Así se aseguraban la obediencia y con una perfecta sincronización entre las operaciones bursátiles firmadas entre gallos y medianoche y la el formateo de la opinión pública a través de diarios y editoriales.
Y es muy jodido romper el molde que durante 200 años permitió que los grupos económicos, periodísticos, de las sociedades rurales dedicadas a llenarse los bolsillos y que simbolizaban la "civilización" sarmientina sean, ahora, 2003 en adelante, mezclados e incluídos por la "barbarie" de este pueblo común, a veces poco alfabetizado, siempre desinformado que abrazó con fervoroso amor el peronismo.
Porque Perón empezó a darles identidad de pueblo. Bajó a su nivel, conoció sus necesidades básicas y les fue dando soluciones prácticas. Pan, trabajo. Ninguna panza vacía, ningún cuerpo aterido de frío puede ser convencido con palabrerío. Primero pongamos al hombre bajo techo y calentemos sus tripas con un buen guiso. Después, hablemos de "hacer". Y el peronismo les dió esa dimensión. Hizo visibles a ese aluvión zoológico que no sólo refrescó las patas en la intocable fuente de la Plaza de Mayo... esa fuente fue la pila bautismal de un movimiento que fue parido desde la Plaza y llenó cada rincón de esa patria que ya no sería nunca más un conjunto de provincias, sino una República.
Y en este Día de la Soberanía, al pie de unas cadenas simbólicas que nuestra Presidenta propone cortar junto a los grilletes mentales que estos 200 años de mamar una idea "occidental y cristiana", volvemos a reivindicarnos como pueblo. La AUH impedirá que los chicos sean ignorantes y queden a merced de los cipayos que venden la Patria, y esos pibes gozarán de la salud física y el control psicopedagógico. Y la Ley de Medios nos permitió conocernos y reconocernos, nos dió la libertad de mostrar otras realidades diferentes a las que nos quieren imponer los medios hegemónicos. Y nacimos los blogueros, y 678 y otros que se animaron a pintar carteles y autoconvocarse y hacer. Y llenar las plazas y acompañar a las viejas dignas que mostraron el círculo infinito de la búsqueda . Y un hombre, casi solo contra todo, condujo a la cárcel a los genocidas y bajó sus horripilantes testas para que no convivieran con los patriotas. Y fue por más. Se plantó con el traje desabrochado, firmando leyes con una popular Bic, con su cara de pingüino, con sus malabarismos al tomar el mando de la Patria que lo avalaba sólo con un 22% de votos, porque el otro huyó cobardemente sabiéndose perdedor. Y a su lado, una linda y elegante mujer, una legisladora fogueada y comprometida, odiada por su género y por su inteligencia, envidiada por su carisma. Y le dieron la espalda a la Europa omnipresente para fundirse con una Latinoamérica que emergía tímidamente, pero convencida de su protagonismo. Y en los foros internacionales, pagaron deudas contraídas con deshonor y acreditaron orgullosamente una Argentina nueva.
Otras Vueltas de Obligado nos van a llamar. Las mujeres tenemos que ponernos a la altura de las Petronilas y abjurar de las María Julia, de las Elisas y Patricias. Los hombres forjarán cadenas más fuertes y compactas porque... no pasarán! Cada vez más convencidos que la inclusión, el trabajo, la producción, la libertad, la igualdad, la educación del "nosotros", de este colectivo nacional y popular no va a claudicar. Se va a multiplicar.