martes, 25 de septiembre de 2012

De pie frente al mundo

Segun los envenenados comentarios aparecidos hace horas referentes al discurso que pronunciaria CFK ante la ONU, la Presidenta iba a hacer shopping, adular a Soros , postrarse ante el FMI e ignorar toda mención al tema Irán-Amia. Otra vez se equivocaron fiero... Porque sin papeles, sin humildad, sin bajar la voz ni esquivar la mirada hizo precisamente lo contrario.
La diatriba dirigida a la titular del FMI y sus desacertadas comparaciones futboleras fue para hacer un cuadrito: resaltar que la Argentina no era un cuadro de futbol sino una nación soberana y que nadie tiene la autoridad de arbitrar nuestras decisiones y mucho menos ponernos "tarjeta roja" si no nos ajustamos a las recetas milagrosas que nos convirtieron en el laboratorio neoliberal de los 90 merecen el aplauso y reconocimiento de quienes, como argentinos, hemos recuperado el orgullo de nuestra identidad y dignidad.
Recomendar a la glamorosa señora que se cree la dueña del mundo económico revisar las políticas que vienen implementando y llevando al desquicio a la urozona, con voz tronante y seguridad absoluta es otro paso que indudablemente nos pone de pie para aplaudir.
La Rca. Islámica de Irán fue la que vino al pie aceptando dialogar para iniciar un camino donde ambas naciones - soberanas - dilucidarán la autoría, culpabilidad y responsabilidad en los dos casos de terrorismo que golpearon a la Argentina en 1994.
Obviamente, no fue un discurso "protocolarmente correcto". No se paró frente a un auditorio internacional con actitud sumisa, medrosa ni entregada.
Pero convengamos que CFK no lo es. Presentó batalla como la tigresa que está defendiendo a sus cachorros, la comida de su jauría, el territorio de la manada que confía en ella y la rodea para compartir sus logros.
Pero, claro! Qué van a decir los comentarios de los escribas en la web, en los sesudos diarios a los que se les viene la noche, los periodistas devenidos en opinólogos "independientes"???????
Que la pobre señora es bipolar, no anda muy ajustada la medicación, es stalinista, autista también y, desde ya, soberbia, erotizada con el poder y algunos otros diagnósticos.
Afortunadamente, Cristina sigue siendo... Cristina.

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