Acabo de leer la carta abierta de Orlando. Jodida la carta. Muy generosa. Demasiado para mi gusto. Hay varios que pusieron en palabras lo que siento. A lo largo de las últimas 4 décadas, mi trabajo me planteó el ofrecimiento de emigrar, no porque en ese momento hubiera "crisis": buen trabajo, profesional, sueldo bueno, etc.etc. Nunca quise y hablo en singular, aunque eramos dos tirando del mismo carro. Pero después llegaron los 90´y se armó el zafarrancho! Una de mis hijas vendió sus joyas, agarró a su marido y mi nieto de meses y huyó, literalmente. Y allá, trabajaron ambos en cosas que aquí.... horror! Pero han vuelto un par de veces, con la boca llena por las facilidades, subsidios para los hijos, etc.etc. y me cuesta recibir porque nunca dejaron de subestimar a hermanos, amigos, vecinos porque no tuvieron el coraje de irse y se quedaron en este país de fracasados!
Cuándo creceremos y maduraremos lo suficiente como para asumir la autocrítica en lugar de echarle la culpa de todo al gobierno? Será porque somos fruto de gobiernos que no habíamos elegido y por eso no eramos parte y los podíamos culpar? Pero, hace 23 años que elegimos...pa´la merda, pero elegimos! Es lo que hay...
Sí, vamos a hacerle lugar en el living y echaremos más agua en la olla para que la sopa alcance... pero me niego a aceptarlos callada: si tuvieron hormonas para no quedarse a poner el hombro cuando la patria necesitaba a todos, que las muestren ahora, a la vuelta... que aquí también acepten agradecidos un trabajo donde sean indios y no caciques!
Y aquí, el día a día nos devuelve el orgullo de ser argentinos. Hoy volvemos a ver a esta mujer enfrentarse a las testas coronadas que pretenden seguir tratándonos como colonizados, hablarles de igual a igual, reclamar sin gritos ni violencia que haya una sola vara de medida, que la justicia sea la misma para todos, que somos capaces de crear y poner en funcionamiento planes y proyectos poco ortodoxos pero efectivos.
Y si nuestros conciudadanos regresan, no tendrán que venir con el rabo entre las piernas. Traigan, eso si, las manos dispuestas a trabajar... la mente abierta para "ver" cómo el país está cambiando... nos estamos encolumnando detrás de banderas de libertad, de trabajo nacional, de inclusión social, de chicos en escuelas y padres/madres trabajando... de los viejos más tranquilos, con remedios subsidiados y con aumentos y moratorias... con derechos humanos, que tanto joden a esa derecha acostumbrada a ciertas prebendas y exclusividades...
Yo me quedé... No me arrepiento... Valió la pena.