viernes, 23 de diciembre de 2011

Sea Navidad, Hanuká o simplente ... diciembre: démonos un abrazo!

Es inevitable desearnos cosas en el final de diciembre, que coincide con el final del calendario y ese inicio preñado de lo que se le ocurra traer al año nuevo. También suele ser inevitable hacer un balance, encolumnar el "debe" y el "haber" de lo vivido, de lo propuesto, lo incumplido, las sorpresas, los fracasos, los éxitos. Y algunas lo hacemos a nivel personal pero agregamos el otro escaloncito, ese que depende de la información, del testimonio, del compartir una plaza o una radio, una pantalla o simplemente la esquina del barrio.
Y es inevitable sentir cuánto hemos crecido desde nuestro ego hacia afuera, hacia el otro que es prójimo-próximo.
Y acaso es inevitable que haya algunas sillas vacías mañana, cuando cada mesa ponga el mantel que más le guste y muestre las fuentes rebosantes y decoradas con  amorosa gastronomía. Y es inevitable mirar alguna estrella con los ojos húmedos alzando la copa hacia el/ella que se fueron antes. Y será inevitable sonreir despacito y hacer un nudo pidiendo que el nuevo ocupante de la silla se gane el lugar de hermano del alma. Porque los cachorros crecen y preparan sus propias guaridas y está bueno.
MI PAIS - así, con mayúsculas - también cambió algunas sillas. Agradecimos algunas vacantes realmente nefastas y bochornosas y saludamos esperanzados al nuevo "sentado". Lo que no cambió es nuestra compañera Presidenta. O sí. Se bancó todo y de cada cachetazo la vimos fortalecida, taconeando para que nadie olvide que es mujer, vibrando en cada palabra para que nadie note esa voz que quiebra el dolor nuestro y el íntimo, asumiendo desafíos cada vez más bravos cuanto más la quieren embretar.
Yo ya no pido. Yo me propongo, proyecto, sueño. 
FELIZ NAVIDAD, BLOGUEROS!  

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