Qué Año este 2010! Será inolvidable. Los libros de Historia Argentina y Universal lo recordarán. Estaremos incluídos en muchos capítulos: el político - porque seguimos optimizando las instituciones republicanas; el económico - porque despegamos de la esclavitud del FMI y creamos recetas anticrisis que salvaron al país de la hecatombe neoliberal; el social - porque la recuperación de la política en manos y voces de jóvenes y adultos comprometidos con el proyecto místico y generador de Nestor y Cristina derribaron mitos y desnudaron paradigmas. Porque la libertad de elección se derramó en todas las áreas; porque la inclusión se propagó al trabajo, a la AUH, a la libertad de expresión, a poder acceder al futbol y al cine para todos. a poder renovar y en muchos casos, tener el primer electrodoméstico, a recuperar la dignidad del jubilado con movilidad y respeto, a volver al orgullo de ser argentinos y no sudacas de mierda. Porque tuvimos la inteligencia y el oportuno viraje hacia nuestras raíces, declarando nuestra americanidad indígena, originaria, construída en el mestizaje con el criollo y el europeo procreando una atnia nueva, vigorosa y revitalizada que nos hermana con esta América Latina que no pide permiso ni permanece genuflexa ante nadie. Y creamos la UNASUR y salimos a defender la unidad y la democracia de los países hermanos y vecinos y su primer Secretario fue electo por unanimidad de pares y fue nuestro ex-Presidente. Y no perdimos nuestra dignidad de nación ni nuestra soberana identidad en las relaciones afianzadas, maduras y concretas con las naciones del mundo, en pìe de igualdad y liderados por una Presidenta de oratoria lúcida, enfervorizada, de una capacidad cognitiva y mnésica poco habitual.
Y como lo peor siempre se muestra puertas adentro, una oposición enquistada en el odio y la irracionalidad puso todas las trabas posibles a la gestión del gobierno. Desde tribunas apocalípticas, desde medios de información desinformantes sacudidos por primera vez en su historia por pedidos de explicaciones, sanciones, juicios y denuncias, desde traidores a la Patria que no hacían honor a sus juramentos, desde políticos que habían fracasado y obtenido el desprecio del pueblo, queriendo volver como grandes salvadores sin tener en cuenta que hoy, es válida la memoria colectiva, el archivo demoledor de imágenes y audios irrefutables.
He recuperado las ganas de creer en la política. He recuperado las ganas de involucrarme y lo hago desde aquí, ya que ciertas fallas físicas me impiden militar de pie. Me queda la palabra y la uso. Ojalá alguien la recoja y la sepa devolver y multiplicar dándome más ideas, mejorando mis dichos.
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